Estos últimos años en Latinoamérica numerosas mujeres han conseguido llegar a la Presidencia. En la región, las mujeres han conquistado en las urnas la simpatía de sus compatriotas, pese o gracias a su condición, según como quiera observarse. Podría pensarse entonces que, en los países donde ellas han enarbolado las banderas políticas, hay mejores condiciones laborales y sociales para las mujeres, una mayor participación política de estas en los cargos públicos, especialmente en posiciones de poder. Lamentablemente el modelo patriarcal no ha permitido la expansión que deseamos.
Las mujeres son el 51,3 % de la población argentina, pero ocupan sólo el 34 % de la población económicamente activa. La consultora Ibarómetro realizó una encuesta nacional con un índice de machismo que condensa actitudes y valores que se encuadran dentro de una matriz machista. “En una escala del 1 al 10, nuestro estudio arrojó un índice de machismo de 3,5 para el conjunto de los argentinos/as. Existen distintos segmentos de la sociedad en los que el nivel de machismo sube o cae en forma significativa, lo cual ilumina estrechas relaciones entre la cultura de género y el nivel educativo, el sexo, la región del país y la edad. La Oficina de Violencia Domestica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación recibió en marzo y abril de este año un promedio de 950 casos mensuales. De esos casos, 66 % las víctimas de violencia son mujeres adultas y un 13% niñas, lo que nos indica que el 80% de los casos afectan al género femenino. La línea telefónica de asistencia para víctimas de Violencia Doméstica y Delitos Sexuales del Gobierno de la Ciudad recibió un promedio de mil llamadas al mes.
En 2014, en todo el país, se calcula que murieron 277 mujeres y niñas; 39 de ellas, antes de ser asesinadas, habían realizado una presentación policial o judicial sin obtener una respuesta que evitara el ataque que acabó con sus vidas.
El trabajo colectivo, la educación para la prevención, los recursos suficientes destinados a la protección de quienes sufren violencia y un enfoque hacia quienes la ejercen para erradicar esas prácticas sociales son fundamentales para revertir la violencia de género que hoy padecemos las mujeres en Argentina.
Desde el ODH exhortamos a realizar estas modificaciones fundamentales. Adherimos a la campaña NI UNA MENOS, convocamos a la Plaza de los Dos Congresos este 3 de junio, y principalmente exigimos un trato respetuoso y amoroso entre hombres y mujeres.